Si tuvimos la dicha de ser alumn@s de unos maestr@s amantes de su profesión y de que su actividad docente naciese en el corazón hemos tenido la mayor suerte y la mejor manera de encauzar nuestras vidas...
Mi agradecimiento a ell@s y mi felicitación a l@s que todavía siguen enseñando con estos métodos.
Abrazos.
LA ESCUELA
Con su mochila al hombro,
camina
divertido
Juancho el
mono.
Va alegre, va
contento
a la escuela del
bosque.
Por el camino se
le unen
la ardilla
Chelo
y Perico, el
burro.
Cantan, ríen,
¡son felices!,
el camino se
les hace corto
porque saben
que los espera
D. Búho, el
profe,
con gafas y
cara alegre.
Con sus
compañeros,
ya en la
escuela,
quieren
aprender,
quieren saber
cosas.
Esperan cada
día
la hora de ir
al cole,
atentos a D. Búho,
pero... ¡contentos!
no recelan en volver.
Sabela
¡Que razón tienes! La escuela era nuestra segunda casa, y la maestra el espejo en el que casi todas nos mirábamos. Personalmente nunca podré agradecer lo que mi maestra me inculcó. La recuerdo en múltiples ocasiones.
ResponderEliminarAbraciños. Loli
Lo dije en múltiples ocasiones y pensaba en ellos cuando escribí esto, hoy de nuevo recuerdo a Mª Teresa, D. Andrés y Dª Maruja (Profesores-Maestros de la Preparatoria de la Escuela de Comercio) por todo su buen hacer y por el cariño que me dieron en momentos muy difíciles...
EliminarAbrazos también para ti Loli.
Hola Sabela.
ResponderEliminarLa escuela nos dejo a todos/as un recuerdo imborrable, donde profesores y profesoras, nos enseñan los valores de la vida y, nos ayudan para estar preparados en un futuro, un merito merecedisimo, la educación se tiene que llevar de casa.
El poema es precioso.
Abrazos.
Rosa.
De acuerdo contigo Rosa ·la educación desde casa", pero si nos fallan los maestros mal vamos.
EliminarAbrazos.